Ciudad futurista, ecológica y autosostenible en China
Un proyecto futurista planea construir una ciudad ecológica en el sur de China donde sus habitantes cultiven su propio alimento y los hogares funcionan gracias a energía renovable .
Con el objetivo de reducir drásticamente el número de habitantes en las zonas urbanas de China, la firma francesa Vincent Callebaut Architecture diseñó un proyecto futurista llamado ‘The Flavour Orchard’, que consiste en la construcción de una ciudadela ecológica, cerca al núcleo urbano de Kunming, en el sur del país asiático.
Con el objetivo de reducir drásticamente el número de habitantes en las zonas urbanas de China, la firma francesa Vincent Callebaut Architecture diseñó un proyecto futurista llamado ‘The Flavour Orchard’, que consiste en la construcción de una ciudadela ecológica, cerca al núcleo urbano de Kunming, en el sur del país asiático.
La idea es construir cuarenta y cinco villas habitables en un inmenso huerto comunitario, creando así un sistema inteligente de agricultura orgánica donde las personas tengan que cultivar sus propios alimentos en comunidad.
Estas aldeas funcionarían gracias a energía fotovoltaica, que transforma la radiación solar en electricidad, con el fin de que las estructuras arquitectónicas sean viviendas y espacios de trabajo y entretenimiento autosostenibles.
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Las cuarenta y cinco villas de la ciudadela futurista, construidas en acero y madera, estarían divididas en tres grupos basados en su diseño, cada uno con 15 aldeas:
La villa ‘Mobiüs’
Su forma sería una réplica del símbolo infinito, la cual estaría cubierta por un extenso huerto, que a su vez tendría un techo de vidrio fotovoltaico. Además, contaría con extensos ventanales a los lados de la fachada para regular la entrada de radiación solar al interior de la villa durante el día.
La villa ‘Montaña’
Como su nombre lo indica esta aldea tendría forma curva, que estaría cubierta por dos capas: una conformada por veintisiete arcos unidos por paneles de vidrio fotovoltaicos y otra hecha de madera entretejida. Esta última tiene el fin de brindar privacidad a los habitantes de la villa ‘Montaña’ y regular la entrada de la radiación solar a la estructura.
La villa ‘Shell’
Su forma sería igual a la de un capullo, la cual constaría de vigas de acero entrelazadas y un inmenso cristal fotovoltaico.
Según información oficial del proyecto, ‘The Flavour Orchard’ busca combinar lo mejor de la dinámica de las ciudades y de la del campo: por un lado, sacar provecho de la vida en comunidad que se vive en las zonas urbanas y, por el otro, beneficiarse de los recursos naturales que brinda el campo y alejarse de la polución y la contaminación que habita en los núcleos urbanos de China.
El aire que respirarían los habitantes de la ciudadela futurista sería libre de la emisión de carbono, pues las personas podrían transportarse a pie, en bicicletas o carros eléctricos autónomos, que se cargarían en cada una de las villas, gracias a la energía renovable.
De igual manera, el proyecto propone que los individuos acojan estilos de vida más responsables con el medio ambiente, en donde cosechen agua de lluvia para usos comunitarios y reciclen desperdicio orgánico para convertirlo en fertilizantes naturales.
Aunque no se conozca aún el año en que el proyecto va a hacerse realidad, es un primer paso para imaginar núcleos urbanos futuristas, que sean cien por ciento ecológicos, en donde las personas deban trabajar en comunidad para subsistir en un ambiente rural. Asimismo, puede ser una solución para el problema de contaminación en el aire que está azotando a China, pues las zonas urbanas actuales se están convirtiendo en lugares inhabitables para sus residentes. Quizá la solución no sea replantear los estilos de vida en las ciudades, sino trasladarse a otros territorios y empezar a construir centros urbanos basados en modelos ecológicos sostenibles.
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